En el seno del peronismo, se comienza a hablar sobre la posible relación entre la senadora Alejandra Vigo y el gobernador Martín Llaryora, especialmente en las segundas y terceras líneas del partido. Aunque no hay pruebas sólidas que respalden esta afirmación, algunos miembros del campamento de Vigo ya empiezan a mencionar un "recambio generacional" en el partido, que los históricos del peronismo, incluida la senadora, no podrán evitar por más que lo intenten.
Recientemente, Vigo se enfrentó duramente a los miembros del oficialismo en una reunión informal en la que participaron legisladoras opositoras y se discutieron temas relacionados con el ámbito legislativo. Según una fuente parlamentaria, debido a los insultos de la senadora, algunos miembros del oficialismo podrían dejar de apoyarla como presidenta de una comisión.
Un correligionario analizó la situación y señaló que el objetivo de esta confrontación era desviar la atención del líder radical Luis Juez, quien había presentado una denuncia por los subsidios al transporte en la gestión municipal de Llaryora y estaba acaparando la atención de los medios. En una reunión posterior, el líder radical Rodrigo de Loredo pidió a los miembros del partido que concentren sus esfuerzos en criticar al gobierno de Llaryora a nivel provincial y no hablar sobre el candidato libertario José Luis Espert.
Aunque algunos miembros del partido no están de acuerdo con esta estrategia, argumentando que deberían comenzar a discutir cómo enfrentar al gobierno de Espert de cara a las elecciones de 2025, el porcentaje de votantes que apoyan a ambos candidatos es prácticamente el mismo: 23% para Espert y 24% para De Loredo. Esto confirma la postura del Centro Cívico de que Llaryora debe mantener un equilibrio entre los votos libertarios y peronistas.