La comunicación fluida y eficiente entre la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y su colega Juan Pablo Quinteros de Córdoba ha permitido afinar los detalles para el plan de seguridad del próximo superclásico entre River y Boca, que se celebrará en la ciudad el domingo próximo.
En espera de que el estadio Mario Alberto Kempes mejore su campo de juego tras la reciente resiembra, las autoridades de seguridad de la provincia solicitarán formalmente a la cartera de Bullrich que la Gendarmería Nacional juegue un papel fundamental en el control de los pasos interprovinciales durante el fin de semana del partido.
Si se acepta la propuesta, el esquema de seguridad contará con una primera barrera para contener a las barras bravas de River y Boca que intenten llegar el domingo. Se propone que los fanáticos se trasladen desde Buenos Aires por diferentes rutas: una por la Autopista Rosario-Córdoba y otra por la Ruta 8, para luego llegar a la capital provincial por la Ruta 36.
De la capacidad total del estadio, calculada en 57 mil espectadores, se estima que el 80% serán fanáticos de Córdoba y provincias vecinas, mientras que el 20% restante serán seguidores porteños y barrabravas. De este último grupo se pondrá especial atención, según fuentes de seguridad.
También se ha confirmado que se contará con una gran cantidad de seguridad privada tanto dentro como fuera del estadio Kempes para garantizar la vigilancia.
El pasado 2 de marzo, antes del partido entre Talleres y River en el mismo estadio con ambas hinchadas, el operativo de seguridad en los vehículos de la barra visitante resultó en la incautación de armas blancas y drogas. De los cinco autobuses que llegaron desde Buenos Aires con alrededor de 350 personas, 75 no pudieron ingresar al estadio por no cumplir con el protocolo de Tribuna Segura. Además, dos hombres fueron arrestados por tener órdenes de captura en la ciudad de Marcos Juárez.
En las próximas horas, el director de Seguridad en Eventos Deportivos de la Nación, Franco Berlín, se reunirá con el presidente del Consejo de Seguridad Deportiva Provincial (COSEDEPRO), Marcelo Frossasco, y representantes de ambos clubes para definir la distribución de las tribunas en el estadio. El comisario Cristian Mazza será el encargado de la seguridad en el estadio y sus alrededores.
Uno de los puntos a discutir es la ubicación de los fanáticos de cada equipo. Ambos clubes quieren la platea Gasparini, que cuenta con entre 4 y 5 mil asientos más que la platea Ardiles y es la más visible en televisión. Una opción sería hacer un espacio con policías en el medio, pero según fuentes, hay pocas posibilidades de que esto ocurra.
El partido entre River y Boca por los cuartos de final de la Copa de la Liga se disputará en un mano a mano eliminatorio. La última vez que se enfrentaron con sus respectivas hinchadas fue en la final de la Copa Libertadores 2018 en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid.
A pesar de las dificultades en el campo de juego debido a la resiembra, se espera que el partido se juegue el domingo a las 15:30. Aunque existen especulaciones de que podría ser a las 16 o 17, el Ministerio de Seguridad provincial tiene programado el primer horario. Sin embargo, podría haber cambios de último momento.
Se ha descartado jugar el sábado debido a la reciente resiembra del campo y a los congresos que se llevarán a cabo en la ciudad entre el viernes y el sábado. Se quiere evitar cualquier descuido en la seguridad durante el evento deportivo.